Corea del Norte advirtió que la península se encuentra al borde de la guerra debido a las maniobras navales conjuntas que realizarán Estados Unidos y Surcorea este fin de semana. Pyongyang afirma que responderá de manera contundente ante cualquier acción que viole su soberanía.
Seúl denunció que en las últimas horas, Pyongyang ha realizado disparos de artillería sin salir de su territorio, pero cerca de la isla Yeongpyeong, que fue atacada el martes.
A pesar de la advertencia, Estados Unidos y Corea del Sur ya preparan la zona para el despliegue de sus elementos navales. En estas maniobras participará el portaaviones norteamericano de propulsión nuclear George Washington, junto con decenas de efectivos de ambos países.
“Por lo que he visto de cerca en esta región, el ataque de Corea del Norte a la isla es una clara violación al armisticio de guerra”, comentó Walter Sharp, comandante de las Fuerzas de Estados Unidos en Corea del Sur.
Corea del Sur ordenó el reforzamiento de sus fronteras, señaló que modificará sus reglas de combate y aumentará su presupuesto militar para el próximo año.
Por otra parte, el presidente Lee Myung-Bak encabezó una ceremonia de honor por las víctimas del reciente ataque.
Ante el temor de una nueva ofensiva, las autoridades sudcoreanas mantienen en refugios a cientos de personas de la región bombardeada este martes.
“Estoy asustada y desesperada. No quiero regresar a la isla, incluso si el gobierno me ofreciera una nueva casa para mí. Ustedes no pueden imaginar lo horrible que fue si no lo vieron con sus propios ojos”, declaró una residente de Corea del Sur.
En este contexto China pidió a todas las partes la máxima contención de la violencia y reiteró el llamado de su gobierno para relanzar las conversaciones para el desmantelamiento del programa de armas nucleares de Norcorea.
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